Te proponemos una velada de magia y mentalismo de cerca como siempre ha debido ser: en grupos reducidísimos sentados a la mesa para poder ver, tocar y sentir en sus propias manos y mentes el cosquilleo de lo imposible.
Prodigios a pocos centímetros de los espectadores, asombros sin explicación y que, al final, valga la pena preguntarte si lo que acabas de ver es posible.
Apenas ayudados por algunos objetos cotidianos, una venerable baraja de cartas y la atmósfera de estar dentro de una sala de escape, emprenderemos camino en busca de la forma más pura de ilusionismo: esa que solo puede ocurrir cuando nos reunimos aquí y ahora, cuando dejamos que surja algo irrepetible.